España, a la cola en eficiencia del gasto público: debe mejorar un 66% para ser como Suiza
«España tiene un amplio margen por delante para tratar de mejorar la eficiencia de su gasto público, lo que redundaría en beneficio no solo de la Administración Pública, sino de toda la sociedad española en general». Es una de las conclusiones del informe que ha publicado el Instituto de Estudios Económicos (IEE) «Libertad económica y libertad de empresa en España», que demuestra que el Gobierno y el sector público en general lastran la competitividad de la economía nacional.
El documento avisa: «Al igual que con los impuestos, sucede que un determinado volumen de desembolsos es beneficioso para la actividad económica, pero un excesivo peso del gasto público tiene el efecto de expulsar la iniciativa privada y de distorsionar la operativa de los mercados. Además, conforme el Estado asume un nivel de gasto excesivo surgen nuevas bolsas de ineficiencia que, en última instancia, suponen un despilfarro de recursos y una pérdida de dinamismo para la economía».
Según los datos de la Fundación Heritage y el IEE, España se sitúa en la posición 153º de los 180 países analizados en eficiencia del gasto público. De hecho, es el único indicador de los analizados para evaluar la libertad económica en el que España suspende. La nota es 4,8 sobre 10.
Según el Índice IEE de eficiencia del gasto público -elaborado a partir de un indicador compuesto-, los países centroeuropeos y nórdicos son los que lideran la clasificación. «Mientras, España no obtiene una posición favorable, situándose por debajo de la media de la UE y, especialmente, de la media de la OCDE», remacha el informe.
«Nuestro país es superado por gran parte de los países desarrollados, y queda ubicado en la zona media baja de la clasificación (puesto 26 de un total de 36 países), lo que lo sitúa a gran distancia de aquellos con las mejores prácticas», destaca el IEE. «La posición de España en el subcomponente de gasto público dentro del ILE [Índice de Libertad Económica] es de 21 sobre los 37 países que componen la OCDE».
En concreto, según el estudio del IEE de eficiencia del gasto público, «España tendría que mejorar la eficiencia de su gasto público un 66% para alcanzar al país con las mejores prácticas dentro de la OCDE (Suiza)». Respecto a la media de la UE, la eficiencia del gasto público español debería crecer en un 4%, mientras que debería mejorar en un 14% para lograr los niveles del promedio de la OCDE.
España está en la posición 58º del mundo en libertad económica, pese a que es la 13º potencia mundial, aunque se espera que pierda posiciones en los próximos años según los datos del FMI. No obstante, «la nota obtenida por España se beneficia al alza de las categorías que no dependen directamente de decisiones políticas nacionales, sino que se subordinan a nuestra pertenencia a la Unión Económica y Monetaria, es decir, nuestros mejores registros en los componentes del ILE se producen por los 8,2 puntos que se registran en el ámbito de la libertad monetaria, los 8,6 puntos en libertad comercial y los 8,5 puntos en libertad de inversiones». Es decir, que la UE tira para arriba de España en «libertad económica» mientras que las autoridades comunitarias nos frenan.
De hecho, «los peores datos corresponden a las áreas vinculadas con el componente del tamaño del Estado bien sea por la baja calificación global, o bien por su desfavorable posición con respecto al resto de los países». «Este es el caso del subcomponente del gasto público, con una valoración global de 4,8 puntos y el de la fortaleza presupuestaria, donde la economía española ocupa el puesto 35 sobre los 37 países de la OCDE y el último puesto de la UE, así como el de la carga impositiva, que se sitúa en el puesto 166 sobre los 180 países a nivel mundial, esto es, el más bajo de todos los subcomponentes del indicador», remacha.